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Cuando se producen avances técnicos en el campo de la biomedicina, éstos siempre van encaminados a la consecución de fines positivos, tanto experimentales como biomédicos, pero muchas veces también pueden plantear problemas adversos, tanto ético como médicos.
Esta diatriba entre ventajas y desventajas de los avances científicos está planteada desde hace tiempo, pero, sin duda se hizo más visible de una forma objetiva en 1973, con la primera reunión de Asilomar (California), promovida por Paul Berg, y suscitada con motivo de las experiencias del grupo de Robert Pollack, que proponían injertar ADN de un virus animal en una bacteria humana, la Escherichia coli. Con posterioridad a esta primera reunión, se celebraron algunas más en los años 1973 y 1974, hasta que se constituyó un Comité de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, que propuso una moratoria para estas investigaciones hasta que los efectos adversos de las mismas estuvieran bien controlados.
En el momento actual los avances biomédicos son indudables, y referirnos aquí a ellos en general no es posible, por lo que centraremos nuestra atención sobre algunos concretos.
Edición genética germinal
La edición genética ha avanzado en los últimos años espectacularmente, pero la edición genética germinal, es decir la posibilidad de modificar el ADN de gametos (óvulos y espermatozoides) o embriones, lo ha hecho de forma particular con la Edición genética de la línea germinal. Los riesgos son impredecibles y los cambios producidos se podrían transmitir a la descendencia.puesta a punto de la técnica denominada CRISPR-Cas 9 (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats), que permite modificar el genoma humano de una forma sencilla y económicamente accesible. Esta técnica puede servir para fines diversos, como puede ser corregir enfermedades genéticas, o mejorar determinados rasgos genéticos en individuos concretos, aunque presenta dificultades biomédicas, de las cuales no es la menor el que la seguridad de la técnica actualmente no esté garantizada para su aplicación en la línea germinal humana, lo que puede condicionar la producción de embriones mosaico u otros problemas en los genomas modificados. Por ello, existe un consenso en la comunidad científica para no utilizar la edición genética, y concretamente el CRISPR, en la producción de niños, pues el balance riesgo-beneficio en el momento actual es muy desfavorable. No obstante, sí existe una fuerte tendencia a aprobar su uso sobre embriones humanos para investigación, embriones que posteriormente son destruidos. La primera edición genética germinal del genoma humano se comunicó en 2015. Posteriormente se han realizado otras experiencias utilizando embriones humanos no viables, pero casi de inmediato se empezaron a utilizar embriones viables, hasta que, en noviembre de 2018, el genetista chino Jiankui He, anunció en un video que había conseguido el nacimiento de los primeros bebés modificados genéticamente, con la finalidad de generar unos embriones resistentes a la infección por el virus del sida. Aunque dichas experiencias, en la medida en la que nuestro conocimiento alcanza, no han sido publicadas en ninguna revista científica solvente.
Al margen de los problemas médicos, anteriormente comentados, también estas técnicas plantean problemas éticos relacionadas con la destrucción de embriones humanos y la posibilidad de favorecer el “enhancement” de individuos concretos, que pueden ser la base de un transhumanismo y posthumanismo éticamente muy problemáticos.
Transferencia mitocondrial
Las mitocondrias, pequeños pero fundamentales orgánulos celulares encargados de la producción de la energía celular, contienen aproximadamente el 0,1% del ADN celular. Cuando dicho ADN es defectuoso puede dar lugar al desarrollo de las denominadas enfermedades mitocondriales, las cuales pueden ser muy graves, incluso mortales. Por el momento no existe un Reemplazo mitocondrial, la Human Fertilisation and Embryology Authority aprueba el uso de estas técnicas en clínicas FIV de Inglaterra. tratamiento eficaz de estas enfermedades. Para prevenir la transmisión de ADN mitocondrial alterado de madres a hijos, se propuso la trasferencia mitocondrial, que esencialmente consiste en enuclear los ovocitos de una mujer sana a los que se transfiere el núcleo de los ovocitos de la mujer enferma, por lo que en el ovocito producido ya no existiría la alteración mitocondrial.
Esta práctica médica trasciende los aspectos clínicos, pues suscita problemas sociales y éticos. El primer país que ha regulado estas prácticas es el Reino Unido, pues en diciembre de 2016 se dio luz verde a las mismas en clínicas debidamente legalizadas.
Dado que la transferencia mitocondrial puede afectar a las líneas germinales, su uso solo está aprobado en Reino Unido y, al parecer, en Grecia y Ucrania, hasta que se lleven a cabo ensayos clínicos que garanticen que dicha técnica no tiene peligro para los pacientes.
Resumiendo, parece que la trasferencia mitocondrial, a pesar de haber sido ya legalizada en el Reino Unido, es una técnica que todavía debe ser evaluada en profundidad antes de su utilización en la clínica humana, a la vez que adicionalmente tendrán que evaluarse los problemas éticos y sociales que plantea. No obstante, ya han nacido niños fruto de estas técnicas, no solo aplicadas con el objetivo de evitar la herencia de una enfermedad mitocondrial, sino también para mejorar los óvulos de mujeres con problemas de fertilidad. Las incertidumbres respecto a los posibles efectos secundarios a corto, medio y largo plazo son elevadas.
Obtención de embriones humanos a partir de gametos artificiales
Otra técnica dentro de este polémico campo es la obtención de embriones humanos a partir de gametos artificiales, lo que ya se ha conseguido en ratones, al haberse logrado producir in vitro tanto espermatozoides como ovocitos, que fecundados han producido ratones vivos. La técnica en si misma ofrece prometedoras posibilidades para estudiar el desarrollo embrionario, así como para tratar algunas causas de infertilidad y otras patologías radicadas en las células germinales. Sin embargo, antes de aplicarla en humanos hay que garantizar su seguridad, hoy día aún no conseguida. Además, también ofrecen dificultades éticas, de las cuales no es la menor la destrucción de embriones que este tipo de experimentaciones implica, su posibilidad de uso en el “enhancement humano” y el que se pueden obtener gametos a partir de células somáticas, lo que podría propiciar paternidades involuntarias.
Producción de «cuerpos embrioides»
También, un campo médica y éticamente polémico es el relacionado con la producción de los denominados “cuerpos embrioides” (modelos in vitro de regiones embrionarias obtenidos a partir de células madre).
Estos modelos teóricamente podrían ser utilizados para diversos fines, pero la producción de los «cuerpos embrioides» aún presenta indudables dificultades técnicas, que deberán ser resueltas para realizar todo su potencial. A su vez, su uso no está exento de problemas éticos, pues puede llegar un momento en que no sea fácil determinar si los productos generados son o no son, seres humanos vivos de nuestra especie.
Producción de híbridos humano-animal
También la producción de híbridos humano-animal, es otro avance médico técnico con vertientes médicas y éticas contradictorias. La técnica esencialmente consiste en la introducción de células madre humanas en embriones animales tempranos, de modo que a partir del individuo producido se puedan crear tejidos u órganos “humanizados”. Desde un punto de vista médico, esta práctica podría facilitar la producción de órganos, tan necesarios en el campo de los trasplantes de órganos, pero también presenta dificultades médicas, de las que no es la menor la posibilidad de trasferir a humanos agentes patógenos que se puedan encontrar en el animal utilizado, especialmente cerdos. Desde un punto de vista ético, se plantean objeciones importantes, entre las que cabe destacar la posibilidad de que las células humanas trasferidas puedan colonizar gónadas o cerebros de los animales, con la incertidumbre ética que plantea la posible humanización de los productos conseguidos.
Trasplante de órganos
Igualmente, en el campo del trasplante de órganos se plantea esta controversia entre aspectos positivos y negativos, tanto médicos como éticos. Indudablemente, desde un punto de vista global no se puede dudar de la bondad de estas prácticas, siempre y cuando se consiga un adecuado equilibrio entre riesgos y beneficios. En relación con ello, nos parece de interés reseñar las declaraciones de la actual directora de la Organización Española de Trasplantes, en relación con el trasplante de útero, la cual comenta “los enormes cuestionamientos éticos que esta técnica implica tanto para la receptora como para su bebé, no solamente por el propio procedimiento médico-quirúrgico, sino por los efectos secundarios que los fármacos inmunosupresores pueden ejercer sobre la madre y el niño nacido”.
Medicina reproductiva
También en el campo de la medicina reproductiva se plantean problemas similares. En relación con ello, no nos parece necesario señalar la bondad que significa que unos padres puedan conseguir su deseado hijo; pero también esas prácticas tienen aspectos negativos, de los cuales no es el menor, el elevado número de embriones que se pierden con el uso de la fecundación in vitro y los efectos secundarios de esta técnica en el niño, además de la posibilidad de que estas técnicas se utilicen para fines cuya etnicidad no está bien definida, como puede ser la maternidad subrogada, práctica sobre la que planean objetivas dudas éticas y sociales, especialmente en lo que hace referencia a la cosificación de la mujer y del niño nacido.
Sin duda, son muchos más los problemas que se podrían plantear en relación con los avances biomédicos y la valoración de sus aspectos positivos y negativos, tanto médicos como éticos, pero nos parece que los aquí comentados pueden ser una punta del iceberg que esas técnicas suscitan.
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