“El Covid-19 ha traído tanta desolación al mundo. Lo hemos vivido durante mucho tiempo, todavía estamos en ello, y aún no ha terminado. Puede que se acabe ya pronto. ¿Qué hacer con ello? Seguramente, estamos llamados a tener valor para resistir. La búsqueda de una vacuna y de una explicación científica completa de lo que desencadenó la catástrofe habla de ello. ¿También estamos llamados a una mayor conciencia? Si es así, ¿cómo ésta evitará que caigamos en la inercia de la complacencia, o peor aún, en la connivencia de la resignación? ¿Existe un “paso atrás” reflexivo que no sea la inacción, un pensamiento que pueda mutarse en agradecimiento por la vida recibida, por lo tanto, un pasaje para el renacimiento de la vida?”

 

 

Así empieza el nuevo documento, publicado el 22 julio de 2020, de la Pontificia Academia para la Vida dedicada a las consecuencias de la crisis sanitaria mundial y su interpretación. Este es el segundo documento, el primero fue publicado el 30 de marzo de 2020.

Humana communitas es el título de la carta que el Papa Francisco envió a la Academia el 6 de enero de 2019, en el 25 aniversario de su fundación.

El subtítulo, como señaló Mons. Vincenzo Paglia, Presidente de la Academia, es una provocación: indicar la urgencia y el esfuerzo de encontrar un pensamiento común que no está de moda. En un momento en que la vida parece suspendida y nos afecta la muerte de seres queridos y la pérdida de puntos de referencia para nuestra sociedad, no podemos limitarnos a discutir el precio de las mascarillas o la fecha de reapertura de las escuelas. Tendremos que aprovechar la oportunidad para encontrar el valor para discutir mejores condiciones para guiar el mercado y la educación, más bien.

Han contribuido en este texto, entre otros, el profesor Henk ten Have, profesor del Centro de Ética de la Atención Médica de la Universidad de Duquesne en Pittsburgh y exdirector de la División de Ética de la Ciencia y la Tecnología de la UNESCO, uno de los principales expertos mundiales en Bioética Global; y el profesor Roberto Dell’Oro, Director del Instituto de Bioética y Profesor de la Universidad Loyola Marymount en Los Ángeles.

 

 

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